Día de Acción de Gracias: El Triunfo de la Propiedad Privada en la Historia Americana

 

Día de Acción de Gracias: El Triunfo de la Propiedad Privada en la Historia Americana



El Día de Acción de Gracias, celebrado en Estados Unidos, no solo conmemora una cosecha abundante, sino que representa el fracaso del sistema comunal y el éxito de la propiedad privada en los albores de la nación. En 1620, los peregrinos del Mayflower llegaron a las costas de Massachusetts huyendo de persecuciones religiosas en Europa. Inicialmente, bajo un contrato impuesto por sus inversionistas ingleses, adoptaron un régimen comunitario donde todos los bienes producidos se compartían por igual. Sin embargo, este enfoque, similar a los principios socialistas posteriores, generó descontento, ineficiencia y hambruna. Los colonos jóvenes se quejaban de que su esfuerzo beneficiaba a los menos productivos, y la producción agrícola fue escasa durante los primeros años, llevando a la muerte de la mitad de la colonia en el primer invierno.

En 1623, un cambio radical transformó la colonia de Plymouth. El gobernador William Bradford, inspirado posiblemente por las ideas del filósofo francés Jean Bodin, decidió asignar parcelas de tierra individuales a cada familia. Esto incentivó el trabajo personal y la responsabilidad, convirtiendo a los colonos en dueños independientes de su producción. De repente, las cosechas se multiplicaron: las mujeres y niños, antes reacios bajo el sistema comunal, participaron voluntariamente en las labores agrícolas. Bradford describió este milagro como una bendición divina, donde la abundancia reemplazó al hambre. Este experimento demostró que la propiedad privada, basada en la ley natural y el Décimo Mandamiento, fomenta la productividad y la libertad individual, sentando las bases para el desarrollo económico de Estados Unidos.

La proclamación de George Washington en 1789 formalizó el Día de Acción de Gracias a nivel nacional, reconociendo no solo la providencia divina, sino también la oportunidad de establecer un gobierno constitucional que protegiera la seguridad y la felicidad del pueblo. Influenciados por eventos como la Guerra de Independencia, líderes como Lincoln y Roosevelt ajustaron la fecha, enfatizando su carácter cívico y espiritual. En esencia, esta festividad celebra los valores de gratitud, virtud y conocimiento, pero subyace la lección de Plymouth: los gobiernos legítimos respetan la propiedad privada y las libertades, mientras que los tiránicos las atropellan. Bodin, cuyos libros se encontraron entre las posesiones de Bradford, argumentaba que la integridad familiar y social depende de esta seguridad.

Aplicando esta historia a contextos modernos, como el de Cuba tras décadas de comunismo, surge la idea de proclamar un Día de Gratitud por la Libertad en un futuro democrático. Un gobierno de transición podría emular a Plymouth, promoviendo la propiedad privada para reconstruir la economía y unir al pueblo. En lugar de sacrificios por el "bien común", la suma de esfuerzos individuales genera prosperidad. Esta oda a la propiedad privada recuerda que la verdadera abundancia nace de la iniciativa libre, no de imposiciones colectivas, y que en la gratitud reside la fuerza para superar adversidades.

En este 22 de noviembre de 2025, cerca del Día de Acción de Gracias, reflexionemos sobre estas lecciones históricas. Los errores de los colonos pioneros forjaron un modelo que ha engendrado riquezas y libertades en Estados Unidos. Para naciones como Cuba, adoptar principios similares podría significar el fin de la miseria y el inicio de una era próspera. Agradecemos al Todopoderoso no solo por las bendiciones materiales, sino por la sabiduría de reconocer que la propiedad privada es el pilar de una sociedad justa y productiva.

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