Teatro Tacón: Joya de la identidad cubana
Una joya arquitectónica y cultural que cambió para siempre el panorama artístico de Cuba.
Fundado en 1838, el Teatro Tacón fue bautizado en honor al Capitán General Miguel Tacón, gobernador colonial que impulsó grandes obras públicas.
Con capacidad para más de 2,000 espectadores, fue en su momento uno de los teatros más grandes e impresionantes de América Latina.
Su diseño neoclásico, su acústica perfecta y su elegancia lo convirtieron en el centro cultural más importante de la isla durante el siglo XIX.
Por su escenario pasaron grandes compañías europeas de ópera, zarzuela y teatro, así como figuras clave del arte cubano en formación.
Pero más allá de su lujo y prestigio, el Tacón fue un espacio donde se forjó la identidad cubana.
Pero más allá de su lujo y prestigio, el Tacón fue un espacio donde se forjó la identidad cubana.
La mezcla de culturas, los debates sociales y la presencia creciente del pensamiento criollo lo transformaron en un símbolo de modernidad y nacionalismo.
Muchos no saben que entre sus asistentes estuvo José Martí, y que allí también se dieron espectáculos con un marcado contenido político y social.
A finales del siglo XIX, el edificio fue remodelado y ampliado.
Parte de su estructura fue conservada y pasó a formar el núcleo del Gran Teatro de La Habana, inaugurado en 1915, donde hoy se encuentra la sede del Ballet Nacional de Cuba.
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Cortesia Wikimedia Commons. Tacorontey, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons |
Así, el Teatro Tacón no desapareció: vive dentro del Gran Teatro, como una raíz antigua que aún alimenta la vida cultural cubana.
Hoy, cada vez que se abre el telón en ese recinto, el eco del Tacón resuena. Porque conocer el Tacón es conocer el origen del arte moderno en Cuba. Es reconocer un capítulo esencial en la historia de nuestra identidad.
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